¿Te has planteado alguna vez grabar intervenciones en un quirófano?
Esta misma semana ha sido noticia una sanción de 5.000 Euros de la Agencia Española de Protección (AEPD) a un médico por perder las imágenes de una intervención quirúrgica que realizó a una paciente. Aquí puedes ver la noticia completa → (La Vanguardia)
Si quieres grabar tus intervenciones y no quieres acabar teniendo problemas como este médico, aquí te damos algunos consejos.
RGPDdoctor te trae en este post...
1.-Antes de la Intervención:
Asegúrate de que disponer de una política de privacidad adaptada al nuevo Reglamento General de Protección de Datos (RGPD).
La política de privacidad debe incluir una autorización expresa por parte del paciente para grabar la intervención, debiendo especificar los fines concretos para los que se realiza dicha grabación. (Ej. fines docentes o de investigación, incorporación a la historia clínica… etc).
Tu paciente deberá leer y firmar un ejemplar de esa política de privacidad y deberás conservarla a buen recaudo por si posteriormente te hiciera falta.
Si para la intervención quirúrgica utilizas instalaciones de terceros (Ej. un quirófano de un hospital privado) o contratas los servicios de otros profesionales (Ej. Anestesista) deberás asegurarte de firmar con todos ellos un contrato de encargado de tratamiento.
2.-Durante la Intervención:
Utiliza equipos y dispositivos de uso exclusivamente profesional. No emplees tu móvil ni la cámara con la que grabas tus eventos familiares. Si mezclas recursos personales con profesionales lo más normal es que acabes teniendo algún tipo de percance. (Ej. borrado accidental, pérdida de tarjetas de memoria, utilización por terceros… etc).
Evita planos en los que se identifique al paciente o a los profesionales que intervienen. Céntrate en el área a intervenir y no juegues a ser “spielberg”. Cuanto menos se pueda identificar a todos los intervinientes en la operación menos riesgo corres si se acaba perdiendo la grabación. Además, ¿realmente necesitas que se vea la cara del paciente para la finalidad para la que quieres la grabación?
En la medida de lo posible evita la grabación del audio. Ten en cuenta que siempre podrás añadirlo después. No obstante, si deseas grabar el audio de la intervención o grabar al resto de profesionales que intervengan, deberás contar con su consentimiento.
3.-Al finalizar la Intervención:
Guarda el dispositivo en el que has grabado la intervención y no lo pierdas de vista. Ten en cuenta que contiene una información muy sensible y que es uno de los momentos más vulnerables ya que normalmente este tipo de dispositivos no suelen disponer de medidas de protección.
En cuanto te sea posible pasa la grabación al soporte en el que vayas a almacenarlo de forma permanente. (Ej. tu pc, un disco duro… etc).
Asegúrate de eliminar del dispositivo de grabación las imágenes originales. Además es recomendable que periódicamente emplees programas de borrado seguro sobre los soportes empleados para grabar esas imágenes (Ej. emplear un programa de borrado seguro como “Eraser” sobre las tarjetas de las cámaras de grabación).
Codifica el nombre del archivo para que no pueda asociarse con el nombre del paciente. ¿Esto que significa? Que no es prudente ponerle un nombre como este al archivo de la grabación: “Operacionpepitofernandez.mp4”. Utiliza para identificarlos códigos como el número de historia clínica o un código de paciente y guarda esa información en un lugar distinto al que estés almacenando el archivo de la intervención.
4.-Para una mayor seguridad:
Si es posible cifra el archivo.
El archivo de la grabación debes almacenarlo en equipos o soportes que dispongan de las medidas adecuadas de seguridad. No se te ocurra guardar esos archivos en equipos domésticos compartidos con tu pareja o tus hijos. La seguridad de esa información es algo muy serio que como has visto en la noticia enlazada a este artículo, puede llegar a costarte un disgusto muy serio.
No almacenes las grabaciones “sine die” cuando éstas dejen de ser útiles o necesarias tienes la obligación de eliminarlas. Para ello usa programas de borrado seguro.
Como verás no se trata de ser un experto informático ni un abogado para hacer bien las cosas, sino únicamente cumplir con unas precauciones mínimas que pueden evitarte futuros dolores de cabeza.